viernes, 9 de diciembre de 2011

Bucando la verdad

Desde que somos unas pequeñas criaturas nos dedicamos a hacer preguntas sobre cosas que nuestros padres consideraban que estaban inapropiadas para un niño, más sin embargo, la búsqueda de la verdad es una acción meramente humana que todos tenemos implícita dentro de nuestra ley natural.

La credibilidad que otorgamos a nuestros propios conocimientos admite tres grados: la duda, la opinión y la certeza. En la primera fluctuamos entre la afirmación y la negación de una determinada proposición. El hombre se ve obligado a opinar porque la limitación de su conocimiento le impide alcanzar a menudo la certeza.

Llamamos escéptico al que niega toda posibilidad de ir más allá de la opinión. Por tanto, el escepticismo es la postura que niega la capacidad humana para alcanzar la verdad. En sentido filosófico, escepticismo es la actitud del que reflexiona y concluye que nada se puede afirmar con certeza, por lo que más vale refugiarse en la abstención de todo juicio. La certeza se fundamenta en la evidencia, y la evidencia no es otra cosa que la presencia de realidad.

En conclusión la búsqueda de la verdad es una obligación a lo largo de la vida: “No mi verdad ni tu verdad, la verdad”.


MML


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